Jovellanos propone un sistema de educación pública extensible a todos los jóvenes, independientemente de su condición social, basado en la moralidad, que permita a los ciudadanos convertirse en hombres y mujeres libres para la mejora de la sociedad y de sí mismos, con el objetivo de alcanzar el bien común y la felicidad.
En libro Memoria sobre la Educación Pública, Jovellanos argumenta que todos los ciudadanos tienen la libertad de actuar de acuerdo con sus propias normas, pero sin dañar ni perjudicar a los demás, si dañamos a los demás habrá graves problemas en la sociedad, este tipo de situación se da en muchos.
Para lograr esta libertad, argumenta Jovellanos, la primera educación de un niño debe ser en el seno de la familia, algo que actualmente no sucede en la mayoría de las familias españolas debido a los "niños llave". Este concepto se refiere a los niños y jóvenes que regresan a casa después de la escuela, muchas de ellos tienen que preparar la comida, pasar la tarde solos y ven a sus padres una vez por la noche, entonces solo tienen el calor de sus padres un rato al día.
Esta situación puede llevar a los padres a confiar la educación de sus hijos a otra persona distinta a ellos mismos, cuando en realidad deberían ser el principal educador y referente del niño.
Jovellanos también defiende que la primera educación básica que deben recibir los niños es aprender a leer y escribir, que son el fundamento y la columna vertebral de todos los conocimientos que llegaremos a adquirir.
Además de escribir y leer, la lectura en voz alta es muy importante para defender nuestras ideas, posiciones, persuadir o mantener la atención de la audiencia.
Por ello, argumenta Jovellanos, que es importante trabajar con los jóvenes en el estudio de la poesía, la retórica y la dialéctica para mejorar el habla y, a la vez, nuestra educación. La educación en la Ilustración fue fundamentalmente un movimiento filosófico, pedagógico y político que atraía a la burguesía culta del siglo XVIII. Su elemento central es la confianza en la razón humana, liberando a los seres humanos del dogma, la superstición y el poder ciego. Defender el conocimiento científico y la tecnología como elementos que cambian el mundo.
Jovellanos criticó la mala educación de los nobles y la mala formación de las mujeres. Junto a Pablo de Olavide participó en la reforma de la Universidad de Sevilla. Criticó los métodos de enseñanza puramente especulativos (deductivos), el sistema semi-eclesiástico de las universidades, el autoritarismo abusivo, el desconocimiento de las fuentes, el desconocimiento del empirismo, la falta de formación profesional docente…
La lucha de los ilustrados españoles por revivir una nación, tras un período de recuperación, corre el riesgo de entrar en decadencia. Los ilustrados lucharon por dos puntos fundamentales en la educación, primero para que el gobierno de las universidades estuviera centralizado y secularizaran las facultades, pero el problema es que estaban sustentadas por la iglesia, y segundo el sistema de provisión de cátedras ya que se cubrían basándose por los intereses de los más poderosos, por lo que se pidió la uniformidad de las dos categorías y que las plazas se abrieran a concurso, lo que se terminó consiguiendo.
Cada universidad redactó sus propios planes de estudio siguiendo unas directrices, pero innovando cada facultad con sus distintos métodos ya que tenían libertad. Sin embargo, todas las reformas que se iban a llevar a cabo se cancelaron debido a las órdenes religiosas que no querían perder su poder, falta de dinero y la deficiente preparación de los reformadores y de los profesores que elaboraron el proyecto.
La política educativa que llevó a cabo Carlos IV fue de oposición contra las facultades ya que eran unos focos revolucionarios y de agitación social. Por todo esto se eliminaron las cátedras de derecho natural por ser peligrosas por las ideologías que impartían y también se acabo con los colegios mayores quitándoles lo que tenían y vendiéndolos.
Durante los siguientes años se produjo el mismo vaivén de reformas y planes que finalmente no llegaron a nada por uno u otro motivo. Pero en uno de esos planes y proyecto, el informe de la junta general de comercio y moneda en 1785 donde se muestra la importancia de la igualdad de la mujer para muchas actividades, se tuvo en cuenta el trabajo y valor de la mujer donde defensores feministas del siglo XVIII pedían para las jóvenes mujeres un nuevo clima educativo en el que la mujer se formara y se liberar de los estereotipos que el estado religioso había formado, por lo que gracias a esto se ha ido avanzando y cambiando todas esas costumbres machistas y retrogradas.
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